El
papa Francisco clausuró ayer el Año de la fe. En la solemnidad de Cristo Rey
del Universo el Papa recordó que había sido convocado por su predecesor Benedicto
XVI y que agradecía “esa iniciativa providencial”. Aludiendo a la
carta de convocatoria, Porta fidei,
el Papa afirmaba que “nos ha dado la oportunidad de descubrir la belleza
de ese camino de fe que comenzó el día de nuestro bautismo, que nos ha hecho
hijos de Dios y hermanos en la
Iglesia. Un camino que tiene como meta final el encuentro
pleno con Dios”.
En
relación a las lecturas de la liturgia de la solemnidad el Papa comentó que
“tienen como hilo conductor la
centralidad de Cristo. Cristo está en el centro, Cristo es el
centro. Cristo centro de la creación, del pueblo y de la historia”. Jesús
es el centro de la creación e invitó a tener como actitud de vida
“reconocer y acoger en la vida esta centralidad de Jesucristo, en los
pensamientos, las palabras y las obras”. Además “Cristo,
descendiente del rey David, es precisamente el «hermano» alrededor del cual se
constituye el pueblo” y por eso, “en él somos uno; un único pueblo
unido a él, compartimos un solo camino, un solo destino”. Por último recordó
que “cuando Jesús es el centro, incluso los momentos más oscuros de
nuestra existencia se iluminan, y nos da esperanza, como le sucedió al buen
ladrón en el Evangelio de hoy”. Así que invitó a reflexionar y a repetir
la oración del buen ladrón: “Acuérdate de mí, Señor, tú que estás en el
centro, tú que estás en tu Reino”, porque “la promesa de Jesús al
buen ladrón nos da una gran esperanza: nos dice que la gracia de Dios es
siempre más abundante que la plegaria que la ha pedido. El Señor siempre da más,
es tan generoso, da siempre más de lo que se le pide: le pides que se acuerde
de ti y te lleva a su Reino”.
Al
concluir este Año de la fe hay tenemos que recordar y agradecer a todos los
misioneros y misioneras que trabajan por el reino de Dios en todo el mundo. Son
ellos los que hacen continuamente presente la petición que hacemos en el
Padrenuestro “venga a nosotros tu Reino” en medio de muchas
personas y pueblos que aún no conocen a Jesús ni a la Iglesia. Además
testimonian la venida del reino de Dios con sus obras y proclaman y celebran la
fe en Jesucristo. Por eso Dios bendice les abundantemente a ellos y a sus
obras, porque “el Señor siempre da más, es tan generoso, da siempre más
de lo que se le pide”.
El
papa Francisco concluía diciendo: “Jesús es el centro de nuestros deseos
de gozo y salvación. Vayamos todos juntos por este camino”. Qué no nos
olvidemos nunca en nuestro camino de la fe que los misioneros son los que abren
estos caminos por todo el mundo y anuncian y hacen presente el reino de Dios
sembrando esperanza y alegría en los corazones.
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