Estamos en Marsella desde hace casi 12 años. Cuando nos levantamos para
salir de misión fuera de España mi mujer y yo, no pensábamos llegar tan
lejos en el tiempo, pues ya tenemos casi 80 años. Nuestra idea era ir a
Camerún, país que ya conocíamos,pero tocó Marsella para disgusto de ambos.
Luego hemos visto que ha sido un regalo del Señor. Nuestra misión aquí, ha
consistido y consiste en trabajar en una parroquia llevando la catequesis de un
grupo de jóvenes, en plan hogareño, o sea, los recibes en tu casa y allí se
hace la catequesis. También hacernos cargo de una "comunidad" de 20
jóvenes y acompañarles en su itinerario de descubrimiento de la Palabra de Dios
y del "Kerigma". Y como estamos jubilados las mañanas las tenemos
libres y las ocupamos en ayudar en la limpieza y mantenimiento de la ropa de un
grupo de 13 chicos que viven en la Casa de Formación Presbiteral que hay en la
parroquia y de paso toda la lencería de la misma. Y aquí estaremos hasta que el
Señor, o los hombres, nos quiten de esta tarea. Estamos contentos viendo que
nuestra vejez tiene un sentido y que tenemos esta oportunidad de
"llenar" nuestras lámpara de aceite. Y gracias a todas las personas
que en Castellón rezan y trabajan por nosotros. Que el Señor les colme de
gracias
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