Buenos días.
Con esta carta queremos agradecer a todas las personas que, de un modo u otro, nos ayudan desde hace 4 años en esta misión que el Señor nos ha encomendado en Budapest.
Nosotros estamos bien. Hemos retornado ahora a nuestra casa después de tres semanas en España, disfrutando de sol, playa, comunidad cristiana y familia, y aunque las despedidas siempre son difíciles, vemos como el Señor nos sostiene, tanto a nosotros, adultos, como a nuestros 7 hijos, para los cuales también es duro el partir pero en los que vemos como el Señor les ayuda de tal modo y con tanta evidencia, que nos sirve, a diario, de consuelo y empuje.
Visto desde fuera, nuestra vida aquí no difiere mucho de lo que sería en España: el trabajo, los estudios de los niños, los quehaceres diarios de la casa... Pero esta es nuestra misión principal, vivir aquí dando a conocer, en este país que aun sufre las consecuencias de una larga época comunista, que Dios existe y se encuentra sosteniendo a una familia con 7 hijos pequeños, que no se separan, que están felices (la alegría es lo que más sorprende a la gente, los cuales nos preguntan constantemente porque estamos así de felices en un país extranjero, "solos" y con tanto niño) y que han dejado todo porque han sentido que Dios les llamaba a venir a Hungría, a aprender el húngaro (es otra de las cosas que les sorprende y que agradecen, ya que aquí, la mayoría de extranjeros, ni lo aprenden ni tienen intención de hacerlo, ya que en Budapest uno se puede manejar muy bien con un nivel básico de inglés) y a vivir como una familia normal.
Por otra parte, también salimos a las calles de nuestro distrito, uno de los que vive mucha gente marginal, junto con otras familias que también están en misión, para hablar con la gente, anunciarles el amor de Dios e invitarles a escuchar unas catequesis. Fruto de estas catequesis, hay una comunidad de unos 15 hermanos, todos ellos provenientes del paganismo, alguno incluso no bautizado, que están disfrutando de escuchar la palabra de Dios, de vivir la eucaristía y de conocer el cristianismo a través de la vida y experiencias de otras personas.
Aprovechamos también esta carta para pediros que nos tengais presentes en vuestras oraciones, para que la fuerza de Dios nos acompañe en nuestro combate diario y nos ayude a llevar a cabo su encargo.
Agradeciendo de nuevo vuestra ayuda y sostén se despiden:
Daniel, Ana, Daniel, María, Pablo, Andrés, Lucas, Miguel y Ana.
La paz
Os queremos, que Dios os bendiga.
ResponderEliminarQue el Señor siga usando de su misericordia y seais instrumentos válidos en la evangelización.
ResponderEliminarQue el Señor siga usando de su misericordia y os haga instrumentos válidos en la evangelización.
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