Desde hace más de
15 años, media docena de mujeres participan en el grupo misionero de costureras
de la parroquia San Bartolomé y San Jaime. A final de curso llevan el fruto de
su trabajo a la Delegación Diocesana de Misiones, y así sus corporales,
casullas o manteles de altar han llegado a todo el mundo a través de los
misioneros de la Diócesis. Este verano se dará un lote a Kenia y otro a
Hungría.
Carmen Navarro
explica que D. Miguel León, entonces párroco en Nules, le propuso comenzar este
grupo para coser ajuar litúrgico para las misiones. Desde entonces se reúnen
cada martes durante dos horas y hacen patrones, cortan, cosen horillas y
puntillas “que dan mucha faena y no tienen precio por las horas que cuestan”.
Gente del pueblo aportan donativos para el material, y el año pasado se
adquirió una máquina de coser.
Cuando los
misioneros que pasan por la Delegación Diocesana recogen los lotes, manifiestan
su agradecimiento y aseguran que tienen presentes a las costureras de Nules
cuando celebran la Misa con las prendas hechas por ellas. Una vez recibieron en muestra de
agradecimiento unos estuches con collares de una religiosa en Costa Rica. Su
trabajo también ha llegado a Taiwan, Islandia, Estados Unidos, Chile, Brasil,
Honduras o Vietnam. Este año han aportado más de 30 purificadores y corporales,
media docena de manteles, una casulla blanca y otra roja, dos albas.
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