Un grupo de
cinco jóvenes de Castellón viajarán a final de mes a Burkina Faso para vivir un
verano misionero. Estarán acompañados por el sacerdote Salvador Prades que hace
años tiene relación con el país africano, desde que la Diócesis de
Segorbe-Castellón mantuvo una misión diocesana en las parroquias de Safané y
Oury. Su labor consistirá en organizar actividades lúdicas y pedagógicas en el
orfanato de Sainte Cécile de las religiosas Soeurs de l’Immaculée Conception en
Dedougou.
Esta mañana se
han entrevistado con el Obispo de la Diócesis, mons. Casimiro López Llorente,
que les ha dicho que con esta iniciativa se convierten en “la avanzadilla de
esos sembradores que van a la mies del mundo”, y que “hay mucha gente que
espera conocer sus vivencias”. Prades asegura que desea que los jóvenes que
participan se sientan enviados por la Iglesia, y por ello esta visita y la
participación en charlas organizadas por la Delegación Diocesana de Misiones.
Los cuatro
jóvenes son conscientes que éste “no es un viaje como otro, porque vas sin
saber lo que te encontrarás y a aprender a vivir el día a día”, pero están
convencidos que les aportará una visión nueva del mundo desde el contacto
directo con la realidad de la gente en África. Con ellos también estará Manuel
Vinyes, de 44 años. Durante el año trabaja en el Albergue Mare de Déu del
Lledó, gestionado por Caritas, y con esta experiencia espera aprender que se
puede ser feliz sin nada o muy poco: “Voy básicamente a recibir y volver
cargado para poderlo transmitir”.
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